Periodista: Maricruz Rios Velazquez
Medio: Portal Cambio de Michoacán
Morelia, Michoacán.- Las fiestas decembrinas traen consigo gastos importantes para las familias morelianas, que abarcan comprar la decoración del hogar, la cena familiar de Navidad y Año Nuevo, y para iniciar el año, los gastos de servicios públicos.
En ocasiones, las familias tienen que recurrir a una solución para solventar los gastos, una de ellas es el empeño de objetos de oro, plata o cobre, incluso bienes materiales como electrodomésticos o hasta un automóvil; otra opción es adaptarse con lo que se tiene y economizar en momentos de crisis. Por esta razón, el ciudadano Juan López León comentó que nunca se ha visto en la necesidad de empeñar algún objeto material para solventar deudas o compromisos que requieran un derroche de dinero. “Soy vecino de una casa de empeño y desde que vivo ahí siempre me he percatado de que cada vez que son vacaciones o se acerca una fecha importante, como es el caso de la Navidad y el Año Nuevo, existe una concurrencia un poco más alta de lo normal en las casas de empeño”, puntualizó Juan López León. Por su parte, Claudia Soto menciona que sólo una vez se ha visto en la necesidad de empeñar un objeto, pero fue por cuestiones de salud. “Las personas ya estamos conscientes de los gastos que tenemos que realizar durante el año, así que si sabemos que diciembre es un mes caro, lo digo por los gastos que se realizan, es necesario que ahorremos con tiempo, pero si no se puede, la solución está en economizar con lo que se tiene”, mencionó. La situación que vive Claudia Soto es similar a la de Rogelio Mora, sólo que solía pedir prestado o empeñar cuando estudiaba la universidad, pero cuando terminó sus estudios y comenzó trabajar nunca más se vio en la necesidad de hacerlo. Sin embargo, la ciudadana Sandra Orozco considera que este año se verá en la necesidad acudir a una casa de empeño o pedir un préstamo porque su familia está viviendo una crisis económica muy fuerte. Para finalizar, Esmeralda Tovar comentó que nunca a asistido a una casa de empeño, mucho menos a pedir un préstamo, porque es más difícil pagar los intereses que el valor del empréstito, “si alguna vez que me veo en la necesidad de dinero pensaría dos veces y optaría por vender un objeto que empeñarlo, es más barato y tiene mejor retribución”.
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