Periodista: Carolina Vega
Medio: Portal El Sol de Puebla
Agosto es el mejor mes para las casas de empeño. Inscripciones, colegiaturas y compra de material escolar empujan a muchos poblanos a desprenderse de sus objetos más preciados para poder sobrevivir. Cerciorarse del registro del establecimiento, leer el contrato y fijarse en el costo anual total puede evitar las estafas, recomendó la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
La vuelta a clases supone un duro golpe para los bolsillos de los poblanos. Tras los gastos vacacionales, no se acaban las facturas: la adquisición de tablets, computadoras y libros de texto se suma al pago de cuotas escolares, comedor y actividades extraescolares.
Para conseguir sufragar todo, son muchos los poblanos que optan por entregar, temporalmente o para siempre, joyas, aparatos electrónicos e, incluso, celulares, indicó María Eugenia Gutiérrez, encargada de la sucursal de una conocida institución de asistencia privada, dedicada al empeño pero sin ánimo de lucro. “Julio y agosto son los meses más potentes, llegan sobre todo con alhajas”, explicó.
En el estado existen, según el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 446 casas de empeño y montepíos, que ofrecen créditos rápidos con únicamente la garantía de enseres personales.
FIJARSE EN REGISTRO, CONTRATO Y CAT, RECOMIENDA PROFECO
“Los poblanos acuden a las casas de empeño generalmente unos días antes del regreso a clases, -entonces- se intensifica el operativo, no solamente en la capital del estado, sino también al interior, especialmente en municipios donde la actividad comercial es muy importante, como Teziutlán, Tehuacán, Atlixco o Izúcar de Matamoros”, tranquilizó el delegado en el estado de la Profeco.
