Periodista: Pedro Morales
Medio: Portal E Tlaxcala
La paz y aparente tranquilidad económica que vivieron las familias tlaxcaltecas al fin del 2017, se convirtió en amargo despertar en los primeros minutos de enero del 2018, luego de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Estado (Secte) anunciara el aumento de 50 centavos a la parada mínima del transporte urbano y suburbano.
Esa medida y el aumento en el precio de la gasolina, fueron el banderazo de salida para una escalada de precios generalizada en las rentas, los artículos de la canasta básica, la ropa, el calzado, la carne, el huevo y hasta las tortillas.
En Tlaxcala las fiestas se han convertido en ley, en pueblos y ciudades se conservan las costumbres y tradiciones que ya salen muy caras.
Todo un año se ahorra para la fiesta patronal, cada fin de semana los fiscales realizan recorridos para juntar dinero y celebrar siempre a lo grande al santo o santa patrona del pueblo.
En las zonas urbanas, los cumpleaños, los quince años, los bautizos y las bodas, así como los cumpleaños son relevantes y mole arroz o barbacoa sirve para agasajar al festejado y sus invitados.
Ni se diga en la cena de navidad, de año nuevo, los regalos para los reyes del hogar, son gastos muy fuertes que apuntalan momentos de alegría para las familias unos cuantos días.
Con rapidez se gasta el aguinaldo, las primas vacacionales, los bonos de productividad, el dinero se acaba y la primera quincena de enero apenas si alcanza para sufragar los gastos de reinicio de actividades.
Es por eso que al inicio de este 2018, una gran cantidad de personas colmaron las casas de empeño y otros establecimientos crediticios en Tlaxcala, para realizar diversos trámites relacionados con la obtención de préstamos o la adquisición de créditos.
Es común que durante los primeros días del año, este tipo de negocios luzca con alta afluencia de los conocidos popularmente como pignorantes, que buscan aliviar su economía ante la denominada cuesta de enero.
Afligidos y angustiados quienes celebraron y bailaron, salen con sus boletas de empeño entre las que no faltan las joyas, principalmente de oro, aunque también acuden con electrodomésticos, y en algunos casos más extremos con automóviles o motocicletas.
De acuerdo con los responsables de diversas casas de empeño, la mayoría de los artículos que se lleva la gente en estas épocas son las consolas de videojuego, teléfonos celulares o tabletas electrónicas a las que suman parte de las 170 mil pantallas digitales que regaló el gobierno federal en Tlaxcala.
Y así, las familias tlaxcaltecas sobreviven la cuesta de enero, aplican las ancestrales enseñanzas que heredaron de sus antepasados para sobrevivir con falta de recursos, sobre todo en esta época de carencia pomposamente llamada inflación.
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