DE LA TRAGEDIA A LOS EMPEÑOS

Medio: Reforma

Periodista: Ulises León

Los efectos de la pandemia de Covid-19 han orillado a personas que perdieron sus trabajos y, en el caso extremo, a sus familiares, a recurrir al Nacional Monte de Piedad. Es el caso de Araceli Bueno Chávez, de 62 años, quien hasta antes del mes de abril tenía su propio local de venta de plásticos en la Colonia Jardín Balbuena, en la Alcaldía Venustiano Carranza de la COMX. Aunque intenta contenerse, Lujano llora al salir de la casa de empeño. “Nos acaban de avisar que mí hermano murió por Covid, nos acaban de avisar que ya murió en el hospital y mis hermanas y yo nos vamos a encargar de los gastos”, dice a las puertas de la sucursal del Centro Histórico. “Esto va a ayudarnos un poco, pero muy poco, para una parte de la velación. Y sin trabajo, ¿cómo le hacemos? Es lo que a mí me tiene angustiada porque, la verdad, sentimos que no hicimos todo lo que se pudo”, lamenta. Esta es la segunda vez que Lujano acude al servicio de empeño; la primera, cuenta, fue a mediados de abril, cuando dejó tres esclavas de plata, para comprar medicinas.

Y ahora acudió al Monte de Piedad para empeñar un dije y un anillo de oro.

A la sucursal del Nacional Monte de Piedad del Centro Histórico llegan personas a las que el Covid-19 les ha arrebatado sus trabajos y, en el peor de los casos, a sus familiares.

Ella contrajo Covid-19 y, aunque no llegó a ser hospitalizada, el dinero de su primer empeño se le fue en medicamentos.

Maricela García López perdió su trabajo como vendedora en una zapatería y acude a refrendar el empeño de una pulsera de oro y dos pares de mancuernillas de plata de su esposo.

“Estaba en una zapatería de Parque Toreo, ahí me pagaron un mes, pero ya los últimos me dijeron que ya no, que si esto se recomponía, me llamaban para que me regresara, pero ya los ahorros también ya se nos fueron”, señala García.

Refiere que, al ritmo que suben los suben los intereses, dificilmente podrá recuperar su joyería; de 7 mil 600 pesos que recibió en abril, ahora debe 9 mil 030.

Los usuarios coinciden en que si bien la cantidad de personas que realizan empeños no es perceptible desde el exterior, al interior hay largas filas donde el promedio de espera es de alrededor de una hora.

“Para empeñar hay mucha gente, para desempeñar no hay tanta. Hay una fila larguísima”, dice Beatriz, una usuaria.

Antes del cierre, uno de los últimos en salir es Marcelino Briseño, abogado en materia familiar y quien, tras el cierre de juzgados, se vio en la necesidad de empeñar un reloj y un pisacorbatas.

“No es mucho pero para este mes alcanza, ya el siguiente espero que ya nos vayamos recuperando”, dice Briseño

Nota en:

https://www.zocalo.com.mx/new_site/articulo/endeuda-pandemia-a-miles-de-saltillenses

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