ROBO DE CELULARES

Periodista: Wendy Garrido Granada

Medio: Portal La Crónica

El robo de celulares aumentó 500 por ciento y es uno de los delitos más comunes tanto en la Ciudad de México como en todo el país. El domingo, mientras esperaba para entrar al concierto de Depeche Mode, me sumé a las víctimas de este delito: alguien sustrajo el celular de mi bolsa con un grado de maña que me dejó sorprendida e impotente ante al acto.

Cuando me percaté, inmediatamente llamé desde uno de los teléfonos de mis acompañantes al número, pero ya estaba apagado. Procedí a bloquearlo y reportarlo como perdido a través de mi cuenta de iCloud. Me acerqué a los policías que estaban a un par de metros de distancia, pero me dijeron que era casi imposible hacer algo.

Me resigné y entré al concierto. Disfruté las vueltas interminables de David Gahan, sus pasos sensuales y su voz. Escuché a Martin Gore interpretar acústicamente y magistralmente “Strangelove”, lamenté no haber oído “Just can’t get enough”.

Al salir, otros también comentaban robo de sus celulares, carteras y bolsas. Una ola de delitos se cometieron en el Foro Sol y seguramente en su mayoría quedaron impunes.

Me desahogué con el taxista, psicólogo sin licencia, que trató de ser empático contándome sus experiencias. A su hija le han robado más de cinco veces el celular, tanto en el transporte público, como en el parque, a mano armada. Vio —también— a delincuentes bajarse con las manos y bolsillos llenos de celulares de una combi, a un par de cuadras de su casa.

¿En dónde paran todos esos celulares robados? Es común caminar en cualquier tianguis o en las famosas plazas de tecnología y ver ofertas de celulares que prometen estar “totalmente desbloqueados” con descuentos de hasta el 80%. Y decenas de establecimientos que cambian la pantalla, batería o cualquier pieza.

Muchos de los celulares más recientes ya cuentan con sistema de bloqueo que hace casi imposible liberar los dispositivos. Sin embargo, puede ser destazado y sus partes vendidas. Así que muy probablemente cuando tu pantalla se rompe y vas a un tianguis o cualquier establecimiento no oficial estás fomentando el mercado negro de partes de celulares.

Antes era muy común que los celulares robados terminaran en casas de empeño, afortunadamente la Asociación Mexicana de Servicios Prendarios (AMESPRE) implementó medidas para evitarlo y ahora revisan el IMEI (el número de identidad internacional de un teléfono móvil) y piden forzosamente la factura. Sin embargo, en las casas de empeño irregulares siguen aceptando celulares robados.

Tanto el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, el Observatorio Nacional Ciudadano y la Asociación Nacional de Telecomunicaciones coinciden en que la falta de legislación y penas menores, la existencia de numerosos puntos para la venta de celulares usados o ilegales, la escasa acción de las autoridades policiacas y judiciales, han ocasionado que los celulares sean los objetos más robados.

Ayer, mi celular fue encendido y estaba en una vecindad en la colonia Buenavista de la Cuauhtémoc. Traté de denunciar en línea pero me pedía firmas electrónicas que al subirlas me marcaban errores. Hoy denunciaré en el MP. Antes no se me había ocurrido que tenía esa opción. Habría que agregar que la falta de denuncias también causa muchísima impunidad y falta de seguimiento.

Tenemos que hacer un esfuerzo ciudadano mayor y exigir uno judicial para cambiarlo.

Consultar nota en:

http://www.cronica.com.mx/notas/2018/1069328.html

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