Periodista: Claudia Gutiérrez
Medio: Portal Alianza tex
TEXCOCO, México.- (Texcoco Press).- Fue el 25 de febrero de 1775 cuando Pedro Romero de Terreros veía como se cristalizaban sus sueños, la visión que tuvo de ayudar a las personas mediante empeños comenzaba a ser una realidad gracias a la licencia que brindó el Rey de España, Carlos III; aquella ilusión llamada Sacro y Real Monte de Piedad de Ánimas, en la actualidad cumple 243 años siendo una opción para las personas que necesitan un préstamo de inmediato, a cambio dejan algo valioso empeñado.
La idea de ayudar a los demás con recaudaciones fue el inicio del Nacional Monte de Piedad, una institución de Asistencia Privada que se dedica al financiamiento social mediante préstamos, es considerada una de las más antiguas en el continente americano y su forma de operación ha sido copiado por otras instituciones que ofrecen préstamo inmediatos sin necesidad de comprobar ingresos a cambio de prensa de oro, plata y objetos de valor.
Cuenta la historia que la idea de ayudar se le ocurrió a Pedro Romero de Terreros cuando le pedían limosna en la calle, él invitaba a quien necesitara su ayuda a su escritorio y era el azar quien decidía si se llevaba una moneda de oro, plata o nada, creía que era la voluntad de Dios el que escogía si de verdad se necesitaba la ayuda.
Para llevar a cabo su sueño, Romero de Terreros, tuvo que pedir una Cédula Real al entonces Rey de España, Carlos III, quien aprobó la licencia y fue inaugurado en el año de 1775, con la cantidad de 300 mil pesos de oro, tiempo después se realizó una misa con personalidades importantes de la Corona de la Nueva España, que al recuperar sus prendas empeñadas, dejaban generosas propinas para poder solventar la asistencia social.
Al cumplir 243 años, el Monte de Piedad atravesó las grandes crisis del país, vio como nacía la lucha por la Independencia, situación que orilló a cambiar su nombre al de hoy, Nacional Monte de Piedad y que posicionó a la institución como una ayuda ante los cambios que dejaron herida la economía de las familias, quienes llevaban a empeñar objetos y artículos religiosos.
Una leyenda no oficial, indica que durante la Revolución Mexicana, Francisco Villa no quiso robar el Monte de piedad por creer que era el ‘banco de los pobres’, pues veía como hasta las personas más humildes lograban tener alimento gracias al empeño de sus prendas de valor, razón por la que durante el movimiento armado, la institución de asistencia privada, estuvo abierta, siendo de las pocas que sobrevivió ante tanta incertidumbre política y económica.
En la actualidad el Nacional Monte de Piedad cuenta con cerca de 310 sucursales en todo el país, teniendo su casa matriz a un costado de la Catedral Metropolitana, misma que adquirió durante la Independencia y que pertenecía a la familia de Hernán Cortés; al año llegan a hacer 9 millones de préstamos, atendiendo a más de 6 millones de familias mexicanas.
Entre las curiosidades a lo largo de dos siglos, la casa de empeño ha recibido obras de arte, tesoros y objetos históricos, muchos de ellos fomentan la creencia sobre el ‘guardadito’ que los mexicanos están acostumbrado a hacer debajo del colchón, artesanías y sillones, como la historia de un sillón empeñado durante la Revolución Mexicana que estaba relleno de centenarios.
En el municipio de Texcoco, en la zona centro se encuentra ubicada una sucursal del Nacional Monte de Piedad, misma que compite con diversas instituciones de préstamos a cambio del empeño de prendas de valor; la diferencia es que la historia respalda la empresa de Pedro Romero de Terreros, quien desde el principio se preocupó por ayudar a quien lo necesitaba.
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