Periodista: Eduardo Torreblanca
Medio: Portal El Financiero
Desde que inició labores el Nacional Monte de Piedad al territorio nacional, hoy encabezado por el Ing. Javier de la Calle, al 2017 han transcurrido 242 años. En todo ese trayecto de vida no se había realizado un estudio realmente serio, profesional, bajo las más estrictas normas de la investigación científica respecto al impacto, conformación, forma de operar y trascendencia económica de la «industria» prendaria.
Ayer se presentó el fruto de una larga y paciente labor de documentación que sirve a la academia, por supuesto, sirve a la industria, sirve a la autoridad desde luego pero sobre todo sirve para conocer en qué momentos, bajo qué circunstancias el acto de empeñar puede ser considerado como un indicador que anticipa buenos momentos económicos y ciclos de crecimiento y movilidad social.
El préstamo prendario en México del Dr. Pablo Cotler Ávalos representa un punto de partida que facultará la posibilidad de distinguir con mayor claridad tanto las áreas de oportunidad de una fracción del sector financiero con capacidad de financiar a 13 millones de mexicanos cada año otorgando préstamos rápidos, sencillos de documentar y sobre todo, cumpliendo con las expectativas que busca en una casa de empeño respuesta a una necesidad concreta.
Al cierre del 2016 existían en el país 8 mil 197 establecimientos de empeño formales. Promedio de financiamiento por evento: mil 600 pesos, aunque hay ocasiones en las que se presentan eventos que implican hasta medio millón de pesos de personas, generalmente vinculadas a la industria de la construcción que se presentan para obtener recursos que les permitan cubrir «la raya» de su personal.
Lo curioso del caso es que la investigación permite demostrar que la clientela usual de una casa de empeño no es aquel ciudadano marginado de la bancarización puesto que un porcentaje del usuario del empeño ya está bancarizado y recurre a la opción por el monto, por la rapidez, por la sencillez o bien por la calidez que siente en una de las sucursales de las marcas reconocidas por la autoridad federal.
Nadie se atrevería a entrar a una sucursal bancaria a pedir 50 pesos prestados aunque dejara a cambio algo que tiene un valor de mil pesos.
Esas operaciones son relativamente frecuentes en la industria prendaria mexicana, la más desarrollada en la expresión hispana del Continente Americano aunque años luz de los sistemas que operan en Europa e incluso en Asia.
Lo interesante del caso es apreciar cómo va cambiando la industria que antes recibía oro como franca mayoría de los eventos de empeño y hoy recibe electrónicos con una «caducidad» corta.
Habremos de retomar el asunto el lunes. Mientras tanto le comento que en la presentación de la obra de Cotler estuvo toda la industria legal reunida incluidos los negocios, las IAP como Montepío Luz Saviñón que encabeza Víctor Manuel Villalobos, Monte de Piedad, un banco prendario como el de presta prenda, y el Presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios. Por parte de la autoridad estuvo Andrés Alejandro Pérez Frías, en representación del Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo y Rafael Ochoa Morales, subdirector jurídico de la Profeco.
Ante las autoridades se firmó voluntariamente un Código de ética de las Casas de Empeño.
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