Periodista: Bernardino Paz Celis
Medio: Portal Punto medio
Reportan que en municipios como Oxkutzcab, Muna, Ticul, Tekax, Peto y Tzucacab estos negocios se han multiplicado porque dejan muchas ganancias a expensas de quienes gastan más de lo que ingresan.
Las financieras han encontrado tierra fértil en los municipios del sur, y en muchos casos, varias de ellas provienen de Mérida, aunque otras son de empresas nacionales.
Las casas de empeño prácticamente han desvalijado el oro y la plata de la gente que acude a empeñar sus prendas en esos lugares. En la mayoría de los casos los cobros moratorios son los que terminan ahogando financiera a las familias, que por diversas razones optan por esos servicios.
Asimismo, se ha averiguado que incluso familias de migrantes que se suponen deberían estar solventes financieramente, se les ha visto en financieras pagando deudas con el dinero de las remesas que les envían los migrantes desde Estados Unidos.
La mayoría de los casos mantienen en el engaño a sus familiares en el vecino país del norte, diciéndoles que el dinero lo emplearon para cuestiones de emergencia en el tratamiento de la salud.
En lo referente a las casas de empeño, utilizan el truco de valuar las joyas por debajo de los quilates normales o las tasan de un sólo quilate.
Como en el caso de las financieras, al haber un retraso en los intereses moratorios, hacen que el prendatario termine perdiendo su patrimonio.
No hay una supervisión de parte del gobierno para ver cómo operan esas empresas, que en su mayoría han encontrado el filón de oro en lo que realizan.
Cuando ocurre un robo, la mayoría de las veces no se hacen responsables, ya que en la misma boleta de empeños se especifica que la empresa que recibe las alhajas lo menciona de manera escrita.
Consultar nota en:
