Periodista: Jorge Medina Mora
Medio: Portal Razón
Es una tradición centenaria que miles y miles de chilangos desfilen todos los años por las ventanillas de las casas de empeño. En estos establecimientos siempre hay movimiento, aunque existen épocas de mayor concurrencia por eventos como el regreso a clases o la cuesta de enero. Ante imprevistos de cualquier tipo y en otros casos por aplicar el axioma de “lo bailado nadie me lo quita”, mucha gente recurre al endeudamiento prendario. Dejan en garantía, en ocasiones con cierto desconsuelo, desde las más valiosas y queridas joyas familiares hasta el electrodoméstico recientemente adquirido. El conocido “Monte” e instituciones afines representan una alternativa cuando el déficit económico hace imprescindible obtener dinero.
Como sociedad hemos puesto mucho empeño al enfrentar la crisis del día a día. Mientras esto no cambie, un préstamo, a cualquier costo, seguirá siendo un efímero pero necesario paliativo.
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