Periodista: Armando Vázquez Alegría
Medio: Portal Dossier Político
NUESTROS DIPUTADOS, una vez más pues son la instancia debida, no han puesto atención al difícil arte en el que se ve involucrada una persona cuando es víctima de un robo.
Algunos de ellos saben, pues les ha tocado andar en estos ires y venires, pelearse con la burocrática justicia primero para poner la denuncia y luego, para tratar de recuperar lo que le robaron, claro está, no existe la menor esperanza de que se recupere.
Hay leyes que impulsan el limitar la delincuencia abarcando espacios de recuperación de lo hurtado en compradores que no piden factura como suele ocurrir con las casas de empeño o bien, la recicladoras. Pero lo que no hay, son leyes que favorezcan a la víctima y que, por Dios, le permitan recuperar ese producto quitado a la fuerza.
De hecho es un misterio en qué bodega o lugar se guarda lo recuperado por la policía.
Según tengo entendido, cuando hay la recuperación de objetos -para lo cual el afectado debe ir constantemente a checar este punto-, y uno observa que alguno de ellos es de su propiedad pues debe mostrar la factura del bien… pues hay que guardar siempre las facturas. El hecho es que la mayoría no cuenta con ellas.
Bueno, la autoridad competente determina que la persona puede recuperarlo asistiéndose de dos testigos que cobijen dicha pertenencia.
Este es el final del camino.
Vámonos a la mitad.
Una vez que usted interpone la denuncia respectiva –si es por daño en la agencia del Ministerio Público que le corresponde y si es con violencia directamente a una agencia de la Procuraduría Estatal. En la AMP le solicitan una descripción de lo robado y datos generales, en la procu, que lleve una cotización para poder cuantificar el daño causado.
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